jueves, 3 de septiembre de 2009

Retorno

Pisa con violencia el acelerador, mientras  aprieta sus dientes con mucha fuerza y cierra los ojos, rogando que nunca hubiese pasado... Su copiloto, que recibió una herida mortal, agoniza; está muriendo lenta y dolorosamente; sin embargo, intenta aferrarse a la vida como lo hacen las manos de su amigo con el volante. 
Tiene la realidad frente a sus ojos. Atrás queda el (su) Mundo de fantasía e imaginario que se derrumbó.
El conductor intenta ahuyentar al dolor con un alarido, pero ya es demasiado tarde. Afloran lágrimas, las cuales acompañan a ese pinchazo que arranca en su pecho, y que se extiende por todo su cuerpo hasta llegar a la punta de sus dedos. 
De repente, ambos ven un lapacho, que con sus coloridas flores, transmiten tranquilidad. 
Llegan a su destino, y antes de descender, se miran fijamente, hacen un pacto de silencio, sabiendo que después de ésta noche, quizás no vuelvan a verse. 
Lo más probable es que sobreviva, porque uno sin el otro no podría vivir... 

Juan Pablo Yocca (1986 - )

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