jueves, 22 de julio de 2010

Desierto sin mar

Ves para todos lados y solo ves nada. Intentas gritar, pero nadie va a oírte. Sentís como el viento choca contra tu cara, y como los pequeños granos de arena te queman la piel. El sol es insoportable, y te quita hasta el aire que creías tener. 
Caés de rodillas y el calor se filtra hasta tus huesos; levantás la mirada y las aves de rapiña esperan un desenlace que sacie su sed de sangre. 
A lo lejos crees ver un poco de alivio; un oasis que calme tu penar... 
Pero no es más que un espejismo el cual, a medida que te acercás, más se aleja y tiende a desaparecer. Aprendiste a ser un luchador, y esa es tu única arma; pero de nada sirve cuando ya no querés luchar más. Atrás quedaron tus sueños, tus fantasías. 
Atrás quedaron los ideales, y la bondad. 
Solo quedan vos y el desierto. 
Solos vos y tus ganas de gritar.

Juan PAblo Yocca (1986 - )